miércoles, 17 de noviembre de 2010

Soluciones de la manga


Lo que le hace falta a México, no es un político más, necesitamos un estadista, alguien que no mire por su partido, por sus bolsillos y por su presencia ante la prensa, hace falta alguien que no haga como que hace –porque éste ha sido el arte dominado por los llamados políticos-, alguien que mire más allá de su mandato, alguien que no genere más soluciones sacadas de la manga, con la inspiración profunda, de lo primero que se venga a la mente.
Hace y deshacen leyes que no benefician más que a sus parientes. Soy una fumadora a la que le han subido el precio de los cigarros, pero siempre he estado de acuerdo en que le suban a la comida chatarra, así, los mismos precios estratosféricos de los cigarros. Porque tampoco son saludables, lo peor, a alcance de los niños y de la ignorancia alimenticia que predomina en el país bajo la filosofía de: Obesos y desnutridos.
Ahora el IMSS está en quiebra, y nos preguntamos, que no iba a ocurrir nada del dinero que ha tomado Felipe Calderón en tiempos de crisis mundial, que no han aprobado subir la gasolina y los cigarros, ¿con qué cara nos exigen lo que no dan?, ¿con qué cara recaudan impuestos de las multas que nos imponen los policías corruptos si hay una deuda de 45 millones de pesos del erario público? ¿si se gastan 45 millones de dólares en un festejo que no tiene bases para ser festejada en plena guerra del narco?.
El periódico Universal ha sacado una bitácora de guerra, ¿más claro no lo quieren? Nos están matando, nos estamos muriendo y antes de morirnos, como el acto más vil de rapiña, nos quitan la cartera, dejan a nuestras viudas con el IMSS en quiebra y si la crisis nerviosa nos supera, le suben a los cigarros, y te invitan a que tu ansiedad la canalices comiendo chatarra, para que mueras a las puertas de nuestra Seguridad Social porque no tienen dinero para atenderte y sólo serás uno más de los miles que a diario mueren, no dejarás huella ni en los periódicos locales, a menos que una ráfaga te haya matado por alguno de nuestros nuevos personajes públicos, líderes de opinión y amos de este país: algún narco famoso.
Yo no sé por qué esa desprotección, esa furia y ese dolor de las 40, 000 familias, hijos, hermanos, esposas, madres de los asesinados en la guerra contra el narco. ¿Tenemos miedo de perder nuestra vida de ser exprimidos cuales limones para hacer una limonada que jamás llegará a nuestros labios, sino que apagará la sed de dinero de los que hacen como que hacen, pero siguen sin resolver nada, sólo resuelven su agenda, sus citas, sus corbatas, sus ipads y los encuentros con sus amantes. Pero de México tan descompuesto, tan hermoso y enfermo, no arreglan nada.
¿Seremos unos espectadores de un avión en llamas que cae ante nuestros ojos? O ¿seremos protagonistas de nuestra propia historia nacional?, una que de verdad valga la pena contar, no para que aúllen libertad en medio de miedo, pobreza y matanzas diarias.

jueves, 25 de marzo de 2010

El perdón de los pederastas

Basta asomarse a las estadísticas y a las acusaciones. Los curas pederastas son proporcionalmente a su cantidad, mayor número violadores que las personas homosexuales. ¿Qué hace entonces que se les exima de sus faltas? que tengan "derechos de más" y que por su parte, la comunidad gay, tenga que exigirlos y obtenerlos insólitamente, en el caso solitario del DF.

¿De qué privilegio gozan los aparatos reproductores de los curas quienes ha prometido castidad? ¿A qué viene eso de condenar a los homosexuales por parte de la iglesia católica y de redimir a los pederastas?.
El sexo consensual es siempre bienvenido, precisamente porque es un acuerdo entre las personas que participan.

En cambio, a mi parecer, no hay peor crimen que la transgresión sexual cometida hacia un infante. Lo que lo vuelve peor, cuando es cometido por una "autoridad espiritual".

No sé, si el poder la sexualidad entre los curas, disminuya el índice de pederastas que abusan de su posición social. Pero lo cierto es que si se da ese paso, los hombres manisueltas, tendrán un punto de fuga de su sexualidad, y será quizá el primer paso para poderlos juzgar como mortales a la hora de cometer un delito.

martes, 23 de marzo de 2010